Estando lejos de casa
- foraneostuxtla
- 1 nov 2016
- 2 Min. de lectura

En este pequeño puente de día de muertos me he puesto a pensar y reflexionar sobre ciertas cosas y que siendo “foráneo” he aprendido a valorar… Estando lejos de casa he aprendido a valorar mucho y amar más a mi familia, a pesar de la distancia los traigo más presentes en mis días; estar lejos del hogar y regresar aunque sea unos días me hizo pensar y agradecer pequeñas cosas que antes las daba por hecho, por ejemplo: No hay nada mejor que despertarte tarde y tener en la mesa una taza de café de olla caliente acompañado de una pieza de pan hecho por panaderas de tu pueblo, sí hecho por panaderas, porque aunque no lo parezca el sabor del pan es muy diferente si está hecho por manos de una panadera que por un panadero, o bueno, al menos eso se piensa y dice aquí en mi pueblo.
Al llegar la hora de la comida no hay nada mejor que estar en casa, entrar a la cocina y sentir ese rico aroma a comida caliente, comida recién hecha y lo mejor con la sazón de la mejor cocinera del mundo “mamá”; sentarse a la mesa y empezar a comer y junto con ello empezar a platicar, son delas mejores cosas de estar en casa, no sé si les pasa lo mismo que a mí pero en lo personal las conversaciones a la hora de la comida son de mis favoritas. En este puente de día de muertos la plática se centra en recordar a los que ya no están; piensas y agradeces por los que están presentes en la mesa.
Son muchas las pequeñas cosas de las que te das cuenta y extrañas estando lejos del hogar pero sabes que este cambio que llego a tu vida no es otra cosa que una etapa de tu vida, que es parte del crecimiento; salir del nido es primer pequeño paso para emprender el vuelo, para empezar a crecer como persona adulta pero eso sí aunque físicamente lo hagas solo, cuentas con la familia para apoyarte.

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